domingo, 1 de enero de 2012

Image Hosted by ImageShack.us
By fumigaciones at 2011-12-25


El gran explorador marino Jacques Cousteau, además de enseñarnos los secretos y las maravillas del mar, de acercarnos a sus criaturas, de comprender el frágil ecosistema marino y la necesidad de su conservación y protección, nos dejó un gran legado a la humanidad, unas palabras y pensamientos que fueron publicados a título póstumo, pero en el que había trabajado durante dos años, como si presintiera que su fin estaba llegando. Este legado es un libro titulado “Los humanos, las orquídeas y los pulpos”. Critica duramente a los políticos por no respetar el medio ambiente y ser marionetas de multinacionales que sin control alguno, realizan sus actividades en perjuicio de la humanidad.

El ha dejado escrito, que los tecnócratas nos están convirtiendo en temerarios. Los juegos de azar que nos imponen a menudo (como el jugar con el clima), ponen en riesgo nuestra seguridad en beneficio de metas que no hacen avanzar la causa humana, sino que la socaban. Al apostar nuestras vidas con sus planes, quienes nos gobiernan no cumplen con el mandato de una sociedad democrática, sino que lo traicionan. No nos ennoblecen, sino que nos convierten en víctimas. Y, al consentir riesgos que han tenido como consecuencia daños irreversibles para el medio ambiente, nosotros mismos no sólo renunciamos a nuestros propios derechos como ciudadanos.También victimizamos a los niños del futuro, indefensos, sin voz y sin voto.

Cousteu escribe que la industria utiliza de manera habitual decenas de miles de sustancias químicas. De todas ellas sólo se ha comprobado los efectos sobre la salud de aproximadamente un 20 por 100 de los productos de uso diario. Sino sabemos nada sobre los efectos individuales de miles de sustancias químicas ¿cómo puede alguien predecir los efectos que pueden tener una vez mezclados, en innumerables combinaciones, en el aire y el agua donde los rociamos, emitimos y vertimos?


La ciencia descubre. La tecnología ejecuta. El hombre se adapta. ¿Es ése el “progreso” que queremos comprar con la moneda del riesgo humano? ¿Son la sumisión y la resignación las metas por las que debemos jugarnos la vida o la vida de nuestros hijos?.


Jacques aclara que ningún periodista que se precie puede considerar noticia el hecho de que los gobernantes mientan y que la gente lo sepa. Lo sorprendente, lo terrible, es que la gente sepa que sus gobernantes mienten y no hagan nada al respecto. El problema de la democracia moderna no es que la gente haya perdido el poder que tenía, sino que haya dejado de valorar en su justa medida el poder que posee. Lo seres humanos aún tenemos que comprender la enormidad de lo que estamos haciendo: en un segundo geológico, estamos deshaciendo complejidades que tardaron una eternidad en crearse.


Sus palabras deben ser el despertar de la conciencia política.




0 Comentarios
Twittear
Fb Comentarios

0 comentarios:

Publicar un comentario